Hay películas, o mas
concretamente escenas de películas que inexplicablemente se quedan
impregnadas en la memoria del espectador para siempre. A mi me ha
ocurrido con algunas y este film es un claro ejemplo de ello.
Recordaba vagamente una escena que visualice por televisión, siendo
apenas un niño. Una escena en blanco y negro de una película
española, en la que una mujer enloquecía en un pequeño piso de la españa de los 60 , cuando ve llegar a su hermana en un coche de
lujo . Con un dramatismo carente del menor adorno, la mujer se lanza
desde el balcón a la calle. Sin florituras, sin recursos que lo
dulcificaran. Un puño directo al estomago en una película dura, sin
concesiones al falso sentimentalismo.
“El mundo sigue” es
un melodrama fatalista, despiadado y sombrío muy influenciado por el
neorrealismo italiano y que en momentos su atmósfera esta mas
cercana al documental más interesado en reflejar la impotencia y la
miseria moral de una gente que vivió la postguerra.
Ambientada en el madrileño
barrio de Maravillas, la película es un fiel reflejo de la época,
de la vida en un barrio, en el que habita la familia protagonista,
auténticos supervivientes medrando por llevar una vida digna.
“El mundo sigue”
cuenta sobre todo la rivalidad y odio descarnado entre dos hermanas.
La envidia es el áspero soporte sobre el que se construye esta
crónica patética pero realista de la sociedad del momento. Una
crónica en la que aparecen reflejados temas poco tratados en el cine
español de aquella época. La ambición, la violencia, el maltrato a
la mujer, el adulterio, el aborto, la prostitución. Temas todos
ellos que ayudaron a condenar a este gran film al destierro y la
marginación.
Un solido reparto,
encabezado por las actrices Lina Canalejas y Gemma Cuervo,
maravillosas en su, más que justificada sobreactuacion, cuenta
también con la interpretación de fantásticos secundarios como
María Luisa Ponte o Agustín González, forman parte de un reparto
muy coral.
Corría el año 1963
cuando un Fernando Fernán Gómez, ya con mas de 80 películas a sus
espaldas, se dedicó a participar como actor en todos los proyectos
que le ofrecían con el fin de llevar adelante su proyectos mas
personales, entre ellos esta historia original del escritor vasco
Juan Antonio de Zunzunegui, prolífico autor en continuo conflicto
con la censura franquista reinante en la época que no hizo una
excepción con este film.
Se cuenta que este
reputado escritor, tenia fama de gafe en el ambiente literario,
debido sobre todo a los problemas por estrenar o editar sus obras. En
estos era conocido como “zeta zeta” `porque nadie se atrevía a
pronunciar su nombre por esa fama de cenizo que le acompañaba.
En cierta ocasión
apareció por el Café Gijon, un joven poeta con un libro dedicado
por el innombrable y que uno de los contertulios allí presente, al
ver quien firmaba la dedicatoria, racionó alarmado arrancando la
pagina con el autografo del autor, y prendiéndola con una cerilla.
Quiso el azar, o el gafe que perseguía al novelista, que el papel
prendido acabase colándose por una rejilla , al sótano del local
inundado por el agua y donde se almacenaba el carburo con el que se
iluminaban los quinqué que se usaban en las continuas restricciones
de luz. Cuando el papel ardiendo entró en contacto con el carburo y
con el agua, se produjo una gran explosión en el bar. Cosa que
aumentó aun más si cabe la fama de zeta zeta.
Finalmente se consiguió
estrenar la película en 1965 en un cine de Bilbao, donde apenas
estuvo 2 semanas en cartel para desparecer y ser fugazmente vista en
algún pase televisivo. Tuvieron que pasar 50 años, para que el
cineasta Juan Estelrich, hijo del director de producción del film y
ahijado de Fernán Gómez, comprará la película para restaurarla y
posteriormente volver a estrenar en los cines, este titulo maldito
del cine español.
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