De nuevo frente al
teclado, fiel a mi columna literaria. Una columna que, por decirlo
con elegancia, aporta algo de solidez y seriedad a este blog dejado
de la mano de dios, que sobrevive a duras penas, entre rancias
portadas de vinilos y efímeros y no siempre brillantes apuntes del
doctor.
Así que he decidido
lanzarme al rescate, y aportar esta mi columna, que aunque efímera
y algo dispersa, se que cuenta con el beneplácito de mis fans.
Intuyo que algo esta a
punto de suceder, veo mas gente cruzarse conmigo, durante mis paseos
por calles ahora iluminadas y abanderadas por insólitos puestos
callejeros donde venden regalos y dulces. Creo que me gusta, a pesar
de ese absurdo gorro de tela rojo de papa noel que el doctor se ha
empeñado en ponerme en la cabeza con nulos resultados. Pobrecillo,
algún día dejaré que me lo ponga, de momento me estoy poniendo
ciego a regalitos a cuenta de sus denodados intentos.
Por si fuera poco, sigue
con su cruzada para conseguir que no me haga mis necesidades mas
prioritarias en la casa, tal es su empeño, que son muchas las
ocasiones en las que sigo sus pautas e indicaciones. En el fondo, muy
en el fondo, soy un sentimental.
Eso si, siempre en la
justa medida, que luego el doctor se viene arriba y se empeña en
enseñarme a dar vueltecitas sobre dos patas. El que siga
insistiendo, pero que se cree que su casa es el circo del sol.... que
lastima, de momento y para que no se hunda, le premio sentándome
cada vez que me da una golosina, y en alguna ocasión, hasta le doy
la pata. Me hace tanta gracia la carita que pone cuando lo hago, puro
entusiasmo.
En el fondo soy un
buenazo, aunque me temo que todas esas lucecitas en la calle y esas
absurdas canciones que hablan de campanas y pastorcillos, tienen algo
que ver.
2 comentarios:
Felicidades a Lucas y al doctor con un fuerte abrazoooo
Otro abrazo muy grande para ti Mo, de Lucas y mio
Publicar un comentario