lunes, 27 de junio de 2011

ObsESióN

El pasado sábado, después de mucho discurrir, decidí acompañar con este película el pollo al horno que me había preparado y que como siempre terminó quemándose. Aprovechó generalmente la comida del sábado para ver la reposición del Sálvame de luxe del día anterior, pero como en esta ocasión ya había visto el escandaloso programa, opté por sumergirme en otras catódicas aguas, menos escandalosas pero siempre melodramáticas.
Y que mejor que hacerlo con el rey del genero, Douglas Sirk, y con una de sus películas mas conocidas.
“Obsesión” fue dirigida en el año 1954 y contaba con una pareja protagonista verdaderamente extravagante. Una contenida y candidata al oscar Jane Wyman y un radiante Rock Hudson dan vida a los protagonistas de una historia tan sugerente como insólita.
Un joven multimillonario superficial y engreído sufre una accidente del que sale ileso al aplicarle provisionalmente un pulmón artificial que debido a estas circunstancias no le pude ser aplicado al doctor Phillips que muere de un repentino ataque, dejando a su viuda (Wyman) al frente del hospital que el doctor dirigía con entregado altruismo por ayudar a los demás. El joven millonario, se siente culpable de la muerte del admirado cirujano y en su afán por acercarse a su viuda provoca de forma inconsciente que esta tengo un accidente y pierda la vista. A partir de este momento el joven Hudson intentará por todos los medios redimirse y devolver la vista la viuda del doctor al tiempo que entre ellos surge una historia de amor.
Lo más increíble es que a partir de tan folletinesco e increíble argumento, el director consigue que acabemos creyéndonos tan increíble historia. Nadie discute de la valía del director en el campo del melodrama. En esta ocasión adaptó un best-seller de la época con inmejorables resultados.
Soy muy fans de Douglas Sirk, admiro esa superficialidad tan presente en sus films. Curiosos repartos que acomoda en atractivos decorados muy representativos del “american way of life”, fotografiados en technicolor con unos tonos de color tan atractivos como irreales, a los que acompaña en la banda sonora con sugerentes violines para realzar los momentos mas dramáticos. Un estilo propio del que Sirk nos dejó un buen puñado de ejemplos, de grandes películas.
A disfrutarlas….



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