Antes de verla,
tenía ciertos perjuicios sobre ella. No me apetecía ver una película más de superación
personal, un tema que a mí personalmente me irrita bastante, quizás porque en
la mayoría de sus casos, lo he visto reflejado en ciertas película norteamericanas,
títulos repletos de algodón dulce y mucha, mucha ñoñería que terminan desvirtuando la
historia. Películas que abundan siempre en la quiniela de lo óscar y que de una
año a otro terminan olvidándose.
Afortunadamente
no ha sido así, y Campeones, no es una historia más de superación personal, en
todo caso lo seria para el protagonista
interpretado genialmente por el actor
Javier Gutiérrez. Un personaje que
evoluciona durante la historia y cambia su forma de ver el mundo, a través de la visión de este particular
equipo de baloncesto compuesto por disminuidos psíquicos que terminan dando una
lección de vida al protagonista.
Una de esas películas
que ahora han catalogado como feel-good-movies,
o lo que sería lo mismo, película para hacerte sentir bien, historias que cuando llegan a su fin, uno
termina recibiéndolas con unas lágrimas de felicidad en sus ojos y una
espontanea sonrisa.
Javier Fesser
ha dirigido con maestría a un grupo de actores
con Javier Gutiérrez a la cabeza que responden sobradamente ante el reto que se complemente
con un reparto de desconocido jóvenes con minusvalía que dotan al film de una
frescura y espontaneidad maravillosa.
Leo,
mientras escribo estas palabras, que campeones, ha sido seleccionada para
competir en la elección del óscar a la mejor película extranjera. Bueno antes
la tendrá que elegir la Academia, no importa, con óscar o sin él, os la recomiendo
con fervor, si queréis disfrutar de una
historia repleta de humor, emoción y sobre todo verdad.
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