Vuelvo después de una
semana de ausencia en la que no he dejado de repetirme a modo de
mantra, aquella famosa cita de esa insigne política aficionada la la
cosmética: “Que no, que no me voy, me quedo...”
Lo cierto es que comencé
la semana con un incidente casero a primera hora de la mañana, esa
hora en la que uno todavía dormido, pone la cafetera al fuego.
No es la primera cafetera
que destrozo por mi innata facilidad para quedarme dormido, bastaron
unos segundos para que el siniestro se hiciera realidad.
Me desperté como 50
minutos después, un agudo olor a quemado, había traspasado la
cocina y se había hecho fuerte en el pasillo. Raudo me dirigí al
punto de origen del siniestro, mi denostada vitrocerámica, que
haciendo gala de un reconocido valor volvió a sobrevivir a la
catástrofe. Sobre esta, reposaba cual Juana de Arco envuelta en
humo, mi imprescindible cafetera totalmente carbonizada, con el
plástico de su asa derretido por el calor. Ante la dolorosa visión,
tuve que contenerme para no abrazarme ella entre lágrimas, de haberlo
hecho además de una cafetera nueva tendría que haberme comprado un
bote de gasas estériles y un tubo de crema cicatrizante.
Fue un mal comienzo para
el principio de la semana, un metafórico augurio de lo que me
esperaba durante el resto de la misma.
Si hay algo que he
percibido con la edad, entre otras , muchas otras cosas, es mi
torpeza y por que no decirlo mi falta absoluta de interés por las
nuevas tecnologías.
No es que antes servidor
fuese un Bill Gates pero si que me gustaba estar al tanto de las
novedades electrónicas, incluso de aquellas que no me podía
permitir. Pero me temo que como con la música, he decidido plantarme
en los 80, me inquieta mucho la revolución digital, creo que me
quedo en el mundo analógico.
A duras penas me manejo
con el móvil y me limito en el apartado informático a servirme de
los aparatos y versiones de los mismo que cumplen con mis mínimas
exigencias. Cada vez que aparece en la pantalla de mi ordenador o
teléfono la palabra Actualizar, un ligero escalofrió recorre mi
columna. No quiero actualizar nada ni nuevas versiones disponibles,
no me apetece leerme tutoriales y configurar cientos de cosas que
probablemente nunca voy a utilizar.
El problema es que la
cotidianidad exige en muchas ocasiones de nuevos elementos
tecnológicos.
Hace unos meses que sigo
un curso de ingles online muy interesante y ameno, todo sea dicho
pero con una complicación tremenda a la hora de entenderlo y ponerlo
en marcha. Confieso que estuve a punto de tirar la toalla a la hora
de solicitar el curso gratuito, finalmente conseguí entender como
tramitarlo pero conozco gente que se quedo en el camino y ante la
dificultad decidió perderlo.
Porque se empeñan en
hacer las cosas tan complicadas. En todo caso logre matricularme en
el mismo y empezar el mismo. El problema es que el curso también es
oral y exige el uso de auriculares y micrófono. No exagero lo mas
mínimo si digo que llevo como cerca de 3 meses intentando configurar
dichos aparatos en el ordenador y así poder hacer los ejercicios y
que graben mi voz. Imposible, no quiero calcular el tiempo que he
perdido en el empeño, mucho, mucho tiempo.
Finalmente decidí
solucionarlo durante esta semana y mande un mail a la organización
que inmediatamente me contesto como con 6 correos en los que no
dejaba de hablar de referencias de la queja, de códigos de la queja
pero que en ningún momento me daban la mas mínima indicación para
solucionar el problema, mas allá de recomendarme que cambiase de
navegador.
Gracias, no me habéis
ayudado en nada. Me quede con las ganas de enviarle otro mail
sugiriéndoles que con el titulo de ingles que otorgan con el curso,
deberían también mandar el de informático, creo que me lo he
ganado a pulso.
Al final opte por una
solución drástica, el problema no solo estaba en mi edad, sino en
la edad de mi ordenador que ya acusa cierta demencia senil, que
lastima.
Ante esta situación, me
decante por buscar otro ordenador desde el que poder hacer todos los
ejercicios de audio. Que también digo yo, ¿Porque no se me ocurrió
esto antes?
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