Retomo mi actividad en el
blog, después de unos días de baja, debido a problemas de salud que me
han tenido atado a un repugnante jarabe que el doctor me obligaba a
tomar de las mas rocambolescas formas. Cierto es que el pobre lo
intento en principio de buenas maneras, depositando la dosis de
jarabe en una cuchara y con la inaccesible esperanza de que servidor,
como si fuera tonto, bebiese de semejante brebaje.
Tras comprobar que de nada
servía la fuerza física, ni que decir tiene que ya me encargaba yo, resistiéndome a tomar la medicina aunque fuese a empujones, el
doctor no tuvo mas remedio que echar mano de su ingenio para intentar
engañarme y conseguir administrarme el específico. Desde aprovechar mi bostezo
para meterme el medicamento, a impregnarlo en una miga de pan con la
firme esperanza de que servidor primero tragase y luego pensase.
Argucias todas ellas que terminaron dando resultado en mayor o menor
medida.
Mis excesos olfatiles han
pasado factura, mi incipiente curiosidad, hace que me meta en la boca
todo lo que pillo por la calle, algo que repercute en mi cándido
aparato digestivo provocando incómodos vómitos y malestar.
A pesar de mis habituales
quejas, confieso que el doctor magenta se ha preocupado mucho por mi
estado y que a pesar de mi latente negativa, ha tenido que tomar la
decisión de ponerme un bozal en la boca cuando salimos a la calle,
para que mi instinto salvaje, y ese pedazo de boca que tengo, no
acabe engulliendo sustancias inapropiadas para mi salud. No, si encima
tendré que agradecérselo.....
Tengo que reconocer que el
bozal, impone seriedad y presencia, incluso en un animal tan dado a
los achuchones como yo. Creo que los otros perros me miran con
miedo,temiendo que este caiga y acabe comiéndomelos a
lametones. Magenta, con esa chispa y poca gracia que le caracteriza,
ha tenido a bien rebautizarme como Pequeño Lecter, en homenaje a la
película “El silencio de los corderos” y sobre todo a su
protagonista.
Esta semana cumplo 6 meses
de vida y he decidido que tengo que empezar a cuidarme.
3 comentarios:
Pobre Lucas. Seguro que el Dr. Magenta te ha comprado un jarabe que sabe a rayos. Y seguro además, que lo hizo con toda la mala intención en vez de comprarte el que sabe a fresa, bueno mejor dicho el que sabe a bistec de carne a la brasa.
¿Y lo del bozal? Yo te aconsejaría que cuando te quite el bozal, tú le muerdas a ver si así se entera que no te gusta el bozal pues con el bozal no puedes ir metiéndote en la boca todo lo que encuentras por los suelos.
Lo único que te puedo decir es que tengas mucha paciencia con el Dr. Magenta.
Paciencia la mia, anónimo, que elniño me ha salido hiperactivo y nos lleva locos...
En cuanto a lo de morder, no hace falta que se lo recomiendes, ya lo hace el durante todo el dia por voluntad propia...
es muy cariñoso
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