Nuestro tercer día de
crucero , fue exclusivamente de navegación, sin parada en ningún
puerto. Para hacernos el trayecto mas agradable a los pasajeros, la
compañía naviera tuvo a bien ofrecernos desde primera hora de la
mañana, diversas actividades. Desde yoga a demostraciones de
maquillaje, concursos de elaboracion de mojitos o competiciones de
trivial. Actividades todas ellas de las que no participamos,
decidimos ejercer de mirones y dar buena cuenta de nuestra pulsera
todo incluido.
No había pasado ni una
hora después de un suculento y abusivo desayuno cuando servidor
disfrutaba de las vistas con una piña colada en la mano.
Mientras, en la cubierta
superior, los animadores se esforzaban en hacernos bailar los últimos
éxitos del electro latino, momento que yo aproveché para echar una
siestecita con uno de los animadores e improvisando una bonita
performance.
Poco antes de la comida, y
para entretenernos, la tripulación nos ofreció un bufete sorpresa
en el hall. Lamentablemente para cuando nos enteramos, los
cruceristas habían arrasado literalmente el buffet, donde no
quedaban mas que bandejas vacías y alguna fruta decorada que aun
así, algunas señoras no se resistían a dejar en la mesa.
Dios mio, cuanto tiempo
hace que no come esta gente....
Ya por la tarde y ante la
inminente Cena de gala del capitán que se celebraba aquella noche,
pudimos observar cierto bullicio por los pasillos. Las señoras y
caballeros se ponían sus mejores galas para asistir al evento y
hacerse la foto de turno con el capitán
Me quedé con las ganas de
hacerme el retrato con el capitán, pero me daba mucha pereza tener
que colocarme las pieles y el collar de perlas, por lo que decidimos
ejercer de improvisados paparazzis y dedicarnos a hacer fotos a los
modelos de las señoras. Era maravillosa verlas a todas con vestuario
de luxe haciendo cola en la escalera para hacer su entrada solemne en
el hall y fotografiarse junto al capitán que aburrido asistía a
este ceremonial semanal.
Ya en la cena, Vanesa,
nuestra camarera, se esforzó en darle una mayor exquisitez a aquella
cena del capitán, recitando la carta a modo de Club de la comedia
ante nuestro evidente desespero por cenar y llegar a tiempo al
espectáculo que aquella noche dedicaban al mundo del cine, en el
salón Broadway.
Una noche mas, después de
que le preguntará directamente a Vanesa, cuando solicitaba mi
elecccion para la cena, que cual de ellos era mas grande. Una vez
mas, surgía esa gran pregunta, porque la alta cocina se empeñan en
que sea directamente proporcional a la escasez en el plato. Mi
compi, cegado por la prosa de la brasileña, siempre escogía los
platos mas sofisticados que generalmente eran también los mas
escasos.
Tras el momento Broadway y
un par de copas en cubierta, la ultima de ellas acabó en una
papelera junto a el brocolí caramelizado y el sorbete de merluza.
Raudo me levante de la tumbona en la que disfrutaba de mi bebida y
asistí a Pepe, al que indispuesto y sin soltar el daikiri de mi
mano, acompañé hasta el camarote.
Recuerdo que cuando
llegamos y se sentó, le ofrecí mi copa, a lo que el replico sin
contestar, con una extraña mirada que creo nunca olvidaré.
4 comentarios:
Te veo en tu salsa, ahí en el centro del corrillo más numeroso del sarao, con tu chaqueta de rayas verticales, departiendo con las señoras y con los señores mientras gloria gaynor te da la pista, I will survive... Pos si, i will survive cueste lo que cueste. ( por que eres tu el de la foto, verdad?)
Si te refieres a la foto grupal, el de la chaqueta a reyas verticales no soy yo. Aunque confieso que tanto pepe como yo, nos hicimos fans inmediatamente de esa chaqueta y del señor que la vestia.
Ya sabes que servidor es mucho mas discretos....
Vale, me esperaba un "que poco me conoces" grande como una casa. Ya sabia yo que el tipo de la foto no eras tu, como sabia también que un poquito si que te hubiera gustado serlo...
Esa americana era hipnótica jajjaaa
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