A duras penas conseguí salir del taxi y encajar dentro de mi minúsculo y francamente complicado ascensor. Una ve en casa fui siendo consciente de como todas esas imperceptibles y monótonas tareas que realizo a diario dentro del hogar se complicaban sobre manera al hacerlas con el pie escayolado.
Llevar una bandeja con la cena, un vaso y una botella, a la pata coja sinceramente o es buena idea.
Nunca entenderé a las muletas, al solo disponer de una nunca tengo demasiado claro que brazo debo utilizar, no importarte termino desplazándome (porque a eso no se le puede llamar andar) cual bailarín de una compañía de danza contemporánea moderna, muy moderna....
Insisto en que cualquier situación por nimia que esta sea termina complicándose mucho de esta guisa. No me considero una persona mañosa pero no es normal que ahora que apenas puedo andar, se me termine cayendo todo al suelo. En fin, es un ejercicio de superación. Cada mañana para motivarme me pongo la banda sonora de Rocky.
Y por fin llego ese momento ducha tan temido. Muchas preguntas venían a mi mente, la que mas apremiaba era tan difícil de resolver como contundente.
¿Como co... me ducho sin mojarme la escayola?
Si vale, hay que protegerla en plástico, pero ¿como? ¿Cual es el mejor método? Ansioso de respuestas recurrí a mi oráculo particular, el hombre que tiene todas las respuestas. Yo le llamo simplemente dios pero a el le gusta que le llamen Google.
Sin pensarlo busque a contestaciones en mi portátil, entré en un foro donde acaloradamente se discutía sobre tan polémico tema y después de leerme todas las respuesta, la que mas me convenció fue la de Chamo012 que, basadose en la pratica añadia a la consabida bolsa de plastico una camiseta, para que en el posible caso de que se filtrase el agua, esta fuese absorbida por la camiseta.
Así lo hice, de forma ceremoniosa me metí en el baño,dispuesto a darme una ducha. Durante el tiempo que duró esta se podría decir que mi postura dentro de la cabina también era un poco de danza moderna, con unas poses totalmente artificiosas para evitar que cayese agua sobre la pierna envuelta en plástico como un jamón. En una de las ocasiones, eran tan grotesco mi posado que por poco no acabo estrellando mi mandíbula contra el plato de la ducha.
Con la ligereza de un joven de 80 años, salí de la ducha y tras secarme comencé a intentar quitarme el plastico que cubria mi escayola, un pastico buenisimo de bolsa de basura con asas y perfumado, con el que cubri una vieja camiseta que envolvia mi perna. No pude resistirme a inmortalizar ese momento con una fotografiá que os adjunto. Una pena tener que quitarme la bolsa porque mientras la veía podía ver una obra de Tapies.
Ya lo dijo alguien.... y la vida sigue.
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