martes, 8 de septiembre de 2009

TRANS vinilos



Yo me subí a un piano verde




Después de unos meses de ausencia teatral, ayer domingo acudí a la ultima representación en valencia de “Yo me subí a un piano verde”, un espectáculo escrito y protagonizado por Millán Salcedo (ex Martes y 13) y dirigido por El Triciclo. Un espectáculo a la medida del protagonista en el que Josema tiene oportunidad de durante cerca de dos horas de a modo de collage (disciplina que al actor domina y disfruta) componer una sinfonía repleta de humor, nostalgia, guiños al pasado, homenajes a sus propios compañeros de Martes y 13, Tip y Coll, y repasar algunos de sus mas recordadas imitaciones: Gloria Fuertes, La pantoja, Ana Obregón. Todo ello acompañado de un piano verde y de un pianista que sabe darle la oportuna replica al artista, amen de ser cómplice y seguirle en todas sus espontáneos gags que terminan siendo parte muy importante de este espectáculo repleto de humor y canciones, de buen rollo. Y de risas muchas risas.
Una vez más tenemos que agradecer al teatro Olimpia que siga con ese empeño en ofrecernos todas esas obras que no encajan en los circuitos alternativos ni los institucionales, obras como esta que despuesde triunfar en la cartelera madrileña.
Si tenéis oportunidad de verla sobretodo si soy fans del Milán Salcedo, no lo dudéis, disfrutareis….

jueves, 3 de septiembre de 2009

Terrorificos vinilos


Quien puede estar tan enfermo para comprarse el disco del niño poseido? En fin, en ocasiones sobran los comentarios y este sin duda es uno de estas ocasiones.....

Francisco Jackson

Y para terminar este micro relato de mi estancia en la paradisíaca Benidorm a modo de trilogía como la grandes, ese momento actuación estelar de Francisco Jackson (doble oficial en España de Michael) en el Púb. Churchills. Ciertamente me costó convencer a mi amigo Edu para ir a ver este espectáculo pero finalmente lo conseguí, así que nos aposentamos cerca del escenario en un pub ingles tipo taberna llena de ingleses la mayoría ebrios y esperamos con resignación la llegada de la estrella que comenzó a retrasarse. Apareció repentinamente seguido de un seguridad con camiseta negra ajustada en la que a su espalda se podía leer “Segurity” en plateado, y que seguía instrucciones a través de un pinganillo en el oído, aunque yo juraría que lo que estaba haciendo realmente esa escuchar “Carrusel deportivo”. En Churchills se hizo la magia cuando Francisco entró por la puerta seguido a escasos pasos de su guardaespaldas, rápidamente desapareció tras las cortinas que cubrían ¿el escenario? Para aparecer en un par de minutos y ponerse el mismo a montar la tosca estenografía que básicamente consistía en un paraban metálico del que colgaban dos pañuelos naranjas. El espectáculo estaba a punto de comenzar y Michael, perdón Francisco daba los últimos retoques a su maquillaje en el baño de caballeros.
Pasados unos minutos se apagaron las luces y comenzó a sonar el tema principal de la película 2001. Francisco Jackson apareció en escena con una enorme capa magenta con capucha que a duras penas dejaba ver su rostro. Se movía a modo de coreografía con el citado tema musical hasta dejar su cabeza al descubierto y a partir de ese momento hacer un juego tan insólito como absurdo de quitarse y ponerse mascaras hasta dejar a la vista su rostros Michael jackson,, lastima que todo el mundo que estábamos en el pub ya lo habíamos visto durante cerca de 15 minutos a lo largo y ancho de la sala, no entiendo para que tanta parafernalia, pero en fin esas dudas vitales, ese surrealismo de saldo terminó convirtiéndose en la seña de identidad del espectáculo. Tras la siniestra presentación a ritmo del “Thriller” con momento ventriloquia incluido el resto del espectáculo básicamente consistió en una serie de números de magia bastante previsibles, ejecutados con fondos sonoros de canciones del ídolo a modo de insólitas coreografías. Los números de magia tenían ese punto David Coperfield al ejecutar los movimientos, ese punto anuncio de colonia. Eso si, los números eran un poco penosos mas dignos del mago tamariz que de David Coperfiel, Por escena y al ritmo del “Billy Jean, aparecieron pañuelos, flores y un par de palomas que resignadas asistían al triste espectáculo ante la atenta mirada de el seguridad que desde una esquina del escenario protegía al artista de sus fans. Hubo también un momento para la cacion en éste “espectáculo de los sentidos” en el que Francisco interpreto un tema clásico que el artista había grabado en castellano. Un espectáculo(en resumen) que por sus características solo se podría ofrecer en un sitio como Benidorm, bueno en Benidorm o en Las Vegas…..

martes, 1 de septiembre de 2009

Benidorm, Benidorm


Siempre he sido muy fans de Benidorm, de su artificiosidad, de su impersonalidad, me gusta porque es una ciudad fronteriza, territorio de todos y de nadie. Iluminadas por cientos, miles de tubos de neon de colores, parpadean vidas anónimas, turistas y gente de paso. Inmensos bloques de hormigón inundan su cielo a modo de improvisado tetris. Sus calles y paseos y sobretodo durante el mes de agosto, son ocupadas por multitud de personas de las mas variopintas nacionalidades que viven y absorben con ansiedad sus días de vacaciones .Durante cuatro días vivimos ese momento Benidorm que tanto me gusta. Compras superficiales y absurdas en improvisados chiringuitos playeros, tumultuosos paseos por su paseo marítimo esquivando a aprendices de hooligans ingleses con muchas copas de más, inaudibles karaokes de terraza, horchaterías reconvertidas en salas de fiesta en las que alternan iconos musicales locales como Maria Jesús y su acordeón, con nuevas promesas de la copla. Quien dijo que Benidorm no es un destino turístico cultural, no hay mas que ver la cartelera de actuaciones de sus hoteles y clubs en el que alternan diariamente las actuaciones de Francisco Jackson (doble oficial en España de Michael) y las de otros artistas la mayoría ingleses que actúan a modo de clon de internacionales figuras del pop como George Michael o The blues brothers ese fantástico Tribute to Abba que tanto me dolió perderme. Cuatro días de compras compulsivas en orientales bazares, cuatro días de comidas de menú y cenas improvisadas con vino y gaseosa, cuatro días de sangría y patatas bravas, siesta y carajillo.
Siempre me han gustado sus inmensos e impersonales bloques de edificios, urbanizaciones y hoteles con absurdos nombres, terrazas de las que cuelgan toallas a medio secar y maravillosos happy-hours de garrafón. Y el sol, un sol mas de injusticia que de justicia que acampaba a sus anchas por las curvas de mi craneo a punto de la extenuación. Por la noche y en su paseo marítimo y hasta largas horas de la madrugada, pasean y se dejan llevar cientos, mies de turistas de todas las nacionalidades, esquivando los coches de policia al tiempo que disimulan su brrachera. En los bares de moda, las gogos se exciben sin reparon ante asombrados turistas que descargan sus flashes a ritmo de dance-music., en las terrazas de los hoteles suena el organillo e impera el pasodoble y hasta altas horas de la madrugada uno a modo de videojuego tiene que esquivar grupos de turitas ebrios, coches de policia y excursiones en grupo. Al dia siguiente, por la mañana la rutina se vuelve a repetir, y manadas de personas sombrilla en mano se dirigen con paso raudo hacia la orilla donde comienza de neuvo el clasico ceremonial matinal. Todo esto y mucho más es Benidorm.