jueves, 14 de octubre de 2010

AL PuCHeReTE LeRE....

Después de un anodino aunque siempre gratificante puente en el que las anunciadas lluvias hicieron acto de presencia y en el ocaso del mismo, ayer martes y para celebrar el día del pilar, decidí invertir parte de mi tiempo y sobretodo de mi paciencia en la elaboración de un sabroso puchero. Un cocidito pensé ante las continuas amenazas de lluvia que pronosticaban los meteorólogos. Previamente había comprado los ingredientes que esperaban ansiosos en la nevera la llegada del esperado día en el que sumergirse durante horas entre sustanciosos ingredientes que gráciles gravitan en la inmensidad de mi olla, si he dicho olla….
Al pucherote leeré…
Lo cierto es que aunque en principio la idea era levantarme pronto y así poner al fuego el guiso con la intención mas tarde de degustarlo a la hora de la comida, lo cierto es que amanecí pasado el mediodía, por lo que decidí postergar la puesta a punto del mismo hasta que no subiese de la calle pasadas las 2 de la tarde.
A pesar de ser festivo, hubo mercadillo callejero, un ridículo mercadillo pues la lluvia ya había hecho acto de presencia y eran muy pocos los puestos que habían expuestos sus mercancías. Después de un par de vueltas por el mismo en busca de alguna compra absurda que llevarme a la casa, desistí dejándome llevar por las impertinentes inclemencias que así, como el que no quiere la cosa, estaban empezando a calar parte de mi ropa.
De ceremoniosa manera comencé a desplegar los ingredientes por encima del banco de mi cocina. Con la torpeza que me caracteriza, pelé las verduras, condimenté y preparé la carne y puse a calentar el agua, para finamente llevarlo todo a ebullición, ese momento mágico en el que cual ritual, uno va introduciendo todos los ingredientes en la olla al tiempo que canturrea alguna canción (preferentemente copla).
Mientras se hacia el cocido, tuve tiempo de hacerme la comida, comer, poner una lavadora, tenderla, ver una peli, hacer la siesta, recoger…. Me gustan los guisos a fuego lento, aunque mas que lento seria mas correcto decir “a cámara lenta”. Para cuando me quise dar cuenta, el caldo ya había adquirido una consistencia, digamos que de difícil digestión. Ya era demasiado tarde, me costó reconocer aquel campo de batalla en el que se había convertido mi cocina. Una espesa costra, fruto de las horas de fuego en la vitro cerámica y del caldo que con mayor o menor fortuna había intentado huir de la olla, se agarraba con fuerza a la placa eléctrica, sin intención alguna de abandonar la misma. Una vez apagado el fuego, tuve que recurrir a las fuerzas de orden público con el capitán fairy al frente, para acabar con esa sustancia gelatinosa que por momentos cobraba vida. Pero no acaba ahí el momento puchero, porque luego hay que guardar ese caldo para congelarlo.Y para que quiero yo tanto caldo, recapacité mientras intentaba encajar, cual tetris, los tuperware en mi congelador.
De pie, en mi cocina, mirando atemorizado el campo de batalla en el que había convertido mi cocina no podía dejar de pensar en que el en super venden unos envases con caldo que te ahorra todo este rollo, ay pucherote, pucherote… si no sabes cocinas paque te metes…..

4 comentarios:

Julia dijo...

Ja, ja, a mi me pasa lo mismo cuando hago cocido, empiezo a comprar huesos, carne, verduras... y luego apenas hay espacio para poner agua entre tanto ingrediente. Y es que da miedo que el caldo quede flojucho... Creo que la solución más práctica es comprar un puchero más grande (creo que los hay de cincuenta litros), y de paso un congelador de esos tan modernos ¿te lo imaginas repleto de botes de caldo?.
Saludos

Camila Gimenez Castro dijo...

¿Que no le puso garbanzos? Yo le pongo nabo,apio, cardo, patata, zanahoria y dos buenos trozos de carne de ternera y dos huesos de corbet. A ver cuando se anima usted doctor Magenta y se hace una gachamiga o unas manetas de cerdo.

Dr.Magenta dijo...

A mi me pasa un poco como a Julia, me fasicna empezar memeter cosas dentro del puchero. LO cierto es que conforme el caldo s eiba consumiendo y o le echaba mas agua, cuando apague el fuego la cocina esta hecha unos zorros, parecia el salon de la familia de la matanza de texas...

Anónimo dijo...

¡cuántas palabras han salido del pucherete lere, a mi solo me salen cuando hago sopa de letrassss
mo