MeLaNcoLía eN PeGaTiNAS

Cuando a duras penas comenzaba a recuperarme de la tristeza en la que me sumergí durante la lectura de “Tokio blues” de Murakami, un nuevo tsunami emocional ha impactado contra mi persona. La tristeza en la que he buceado durante su lectura y de la que todavía no me he desprendido después de acabarla. Por si no fuera suficiente mi aflicción, ayer un nuevo revés golpeó mi cotidiano devenir. La noticia del cierre de la mítica revista Súper Pop, cayó como un jarro de agua fría, de forma inesperada cuando aun seguían sonando en mi memoria los ecos del Norwegian wood de los Beatles.
Después de más de 30 años en el mercado, la revista Súper Pop deja de publicarse en papel, tan solo existirá su edición digital. Inconcebible pensar en la Súper Pop sin sus imprescindibles pegatinas, pulseras posters o cualquier tipo de absurdo objeto de merchandising imprescindible eso si para fans.
Del dúo Pecos a Justin Beiber pasando por los chicos de Operación Triunfo, todo un catalogo de ídolos juveniles a lo largo de mas de tres décadas avalan tan carismática revista. Imprescindibles su test de personalidad con títulos tan sugerentes como. ¿Qué estilo de maquillaje es más adecuado a mi personalidad? O “Estoy preparada para tener una relación seria con un chico”. La Súper Pop ha sido durante todos estos años como la Biblia del adolescente, toda una explosión de color y pegatinas de tus ídolos que la convertían en el objeto mas codiciado del kiosco. Todos hemos crecido con sus pegatinas adheridas a nuestras carpetas.
Los mas osad@s incluso gustaban de vestir sus pulseras, anillos o colgantes de muy dudosa procedencia, todo ello por no hablar de sus postres, imprescindibles en cualquier habitación juvenil de mediados de los 80. Bien es cierto que nos queda su edición digital y otras revistas de parecidas características, pero La Súper Pop fue y sigue siendo pionera, todo un icono de una generación que en la actualidad hace cola en las listas del paro.
No me cabe ninguna duda de que si Murakami hubiese nacido en España, en alguna de sus novelas, los personajes leerían la Súper pop.