viernes, 22 de junio de 2012

ARTe PuRO



Hace un par de años tuve ocasión de ver por televisión ¿Qué tienes debajo del sombrero?, un documental producido por el director Julio Medem, que pude visionar de nuevo hace unos días y que, como en la anterior ocasión, me volvió a fascinar dejándome pegado a la pantalla.
La historia de Judit Scott, una mujer de 62 años con síndrome de down que después de pasar cerca de 40 años recluida en un psiquiátrico, es recogida por su hermana gemela Joice, estableciéndose entre las dos una emotiva y estrechísima relación truncada muchos años antes cuando, siendo solo unas niñas, fueron separadas. Gracias al empeño de esta, Judith entró en un centro de arte para discapacitados, donde tras dos años garabateando hojas en blanco, comenzó a realizar esculturas a base de de cuerdas e hilos que iba enlazando al tiempo que envolvía objetos. Su obra no tardó en llamar la atención de los responsables del centro que consiguieron que esta comenzara a ser expuesta en diferentes museos de todo el mundo.
Una historia de dolor, de ausencias y sobre todo de silencios. A Judith nunca le diagnosticaron una sordera de nacimiento que aun le acrecentó más ese aislamiento en el que vivió durante la mayor parte de su vida.
Años más tarde, cuando empezó a realizar con sus esculturas, daba la impresión de que Judith de alguna forma envolvía todos aquello objetos que iba encontrando en su camino, atándolos como si no quisiera volver a perder su identidad, como si atando esas cuerdas quisiera recomponer, no dejar ningún cabo suelto en su vida.
Una obra que podrá ser cuestionado por muchos pero que representa, a mi modo de ver, el arte puro por excelencia. La pureza de unos sentimientos, de unas emociones que salen a la luz a través de sus manos, cumpliendo el fin más absoluto del arte, su mayor grandeza, poder comunicar.
No puedo evitar emocionarme viendo las imágenes de Judith trabajando en su obra, sin prisas, sin absurdos planteamientos comerciales, ni prepotentes argumentos. Arte puro, nacido del corazón y modelado por las manos de su autora que servían a la artista para comunicar, para sentir.
Judith nos dejó hace ya algunos años, justo cuando se estaba montando la película en España. Una noche después de cenar con su hermana y su familia, se fue a dormir y nunca más despertó, se fue de la misma forma en la que había vivido, en silencio.
Afortunadamente, su obra sigue viva….


4 comentarios:

belunática dijo...

Me ha encantado Rafa.

Estoy dijo...

estoy convencida que Judit te ha escuchado y está muy contenta...al fin alguien le ha comprendido

Dr.Magenta dijo...

bueno, me gusto o no, los silencios son lo mio....

Dr.Magenta dijo...

Bienvenida al blog belen jjjajjaa