Si de algo sabemos en este
país, es de picaresca. No en vano va unida a una de nuestras épocas
mas gloriosas y creativas, el siglo de oro. La picaresca forma parte
de nuestra idiosincrasia mas primaria y racial. Desde aquel memorable
siglo, son muchas las cosas que nos han pasado y han modelado nuestra
personalidad, nuestra identidad. Aunque ahora que lo pienso, tampoco
hemos cambiado tanto.
Lo cierto, es que con la
llegada de las nuevas tecnologías, un nuevo tipo de picaresca se ha
instalado en nuestras vidas, la picaresca digital Con la llegada de
Internet, hemos sucumbido dócilmente a sus encantos y caído en una
pesada red, de la que ya nunca podremos escapar. Nuestros datos,
nuestras vivencias e imágenes, forman parte ya de un todo global.
Nuestra intimidad se ve vulnerada por mensajes publicitarios, ventas
online y acoso telefónico por parte de compañías que la mayoría
de las veces tienen que ver con telefonía e Internet Compañías
telefónicas que usando los métodos mas agresivos en sus campañas,
usan y abusan de esta picaresca del nuevo siglo.
Y todo esto viene a cuento
por una experiencia personal que estoy viviendo con una compañía
telefónica, en concreto con Jazztel.
Tuve la mala idea de
contratar sus servicios, después de una llamada telefónica en la
que me vendieron un producto que luego no tenia nada que ver con la
realidad. Tardaron un mes en instalarmelo.Durante este tiempo, me
mandaban mensajes de texto por teléfono, regalándome descuentos en
la factura como compensación a la espera. Regalos envenenados que
escondían diferentes permanencias o penalizaciones económicas en el
caso de que me diera de baja antes de un año. Permanencias de las
que nunca me advirtieron.
Si en un principio y tras
solicitar prueba sonora que confirmase que en ningún momento me
advirtieron de ello, recibí una carta en la que confirmaban que
lamentablemente esa grabación se había estropeado y no se podía
escuchar. Mis intentos de, aun así negociar una salida de este
incomodo asunto, termine desestiman dolos cuando recibi una nueva
factura de casi 100 euros, en la que ni siquiera viene reflejado el
concepto. Tras arduos intentos, ya que una de las practicas
habituales de estas “empresas” es despistar y marear al personal,
servidor un día llego a estar 3 horas (cronometradas colgado al
teléfono pasándome de un operador a otro), me comunican que ese
importe corresponde a otra penalización por darme de baja una vez
los servicios activos, cuando tienen mi llamada el día antes de
activarlo pidiendo que me dieran de baja, a lo que me responden
entonces que para dar de baja , el servicio tienen que estar activo.
Podría seguir contando
irregularidades y mezquindades de esta compañía.
No puedo evitar sufrir el
acoso diario de sus llamadas reclamándome un dinero que no les
pertenece , es curioso que la gente que tienen entrenada para hacer
este sucio trabajo, sigue un esquema imagino que frutos de sesudos
cursillos que tiene que ver mas con Los soprano que con una compañía
de comunicaciones Con el paso de las semanas su agresividad va
aflorando y el tono va en crecendo, sus amenazas de incluirme en los
ficheros de impagados me aburren por lo que he decidido no
atenderles, que tomen sus medidas ya que servidor ya ha tomado las
suyas.
Resulta tan lamentable la
impunidad con la impunidad con la que actúan estas empresas,
amparadas por las altas esferas y por una realidad politica que
transmite de todo menos transparencia. No podria despedir esta nota,
sin advertiros seriamente sobre esta compañía, mucho cuidado si
decidis contratar sus servicios, su falta de honestidad y su
mezquindad resultan vomitivas.
Me despido con las
palabras que le he dedicado a una de las operadoras, muy maja ella,
de Jazztel, esta mañana.
Disculpa pero estas
equivocada, aquí la victima no sois vosotros, la victima soy yo.
Hasta nunqui.....
1 comentario:
El Rancio.
Ya veo que el Dr.Magenta está sufriendo en sus carnes la forma en la que se desenvuelven normalmente las empresas, pues no son solo las empresas de telefonía. Este asunto está absolutamente generalizado. ¿Que ocurre con los bancos? ¿Qué ocurre con las empresas de seguros? etc. etc. etc. Que se le va a hacer, pues el propio estado es el que permite que esto suceda. Ahora bien, esto es un arma de doble filo que se puede volver en contra. A mi cuando me llegan con una aseguradora o una compañía de telefonía o con todo lo que te prometen si abres una cuenta bancaria, no me interesa pues doy por sentado que me están engañando. A no ser muy necesario no deseo ni seguros, ni contratos de permanencia. Ya me duele bastante ver como con cada recibo de luz o de agua nos están robando (con la ley en la mano. Ley que los propios políticos han hecho)
Y si te decides a reclamar a través de alguna institución estatal o de la comunidad autónoma para la defensa de los consumidores, verás. Están ahí solo para figurar y no te resuelven nada, tienen claro que la empresa tiene razón.
Ahora bien; eso no se llama picaresca, eso se llama una sirla con la ley en la mano.
¿Cual es la solución? CONSUME LO MENOS POSIBLE. No te saques seguros si no ves que no tienes más remedio y no te metas en contratos de permanencia si puedes evitarlo. Eso es lo que verdaderamente les jode. NO AL CONSUMISMO COMPULSIVO.
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