martes, 8 de febrero de 2011

EL TaBaCO MaTa

Elegí un mal día para dejar de fumar, farfulló Leonard entre dientes al tiempo que se encendías un cigarrillo. Pasaban diez minutos de las 9, y Marvin seguía sin dar señales de vida, esperaría hasta las 10, tenia el tiempo justo para llegar al aeropuerto y volar a Brasil.
Mientras aspiraba con codicia el humo de aquel pitillo, no podía dejar de pensar en las palabras del Dr. Jenkins, “El tabaco mata”, balbuceo al tiempo que se dejaba llevar por una nueva e intensa calada, con una ligera sonrisa entre los labios. Una distorsionada sintonía de “Bonanza” comenzó a sonar en su móvil, sacándole de su humeante letargo.
- Leonard nos han descubierto, escapa, rápido….
Un áspero y seco disparo, sonó al otro lado del auricular, al tiempo que podía escuchar como alguien manipulaba con violencia la cerradura de la puerta.
- Será mejor que salgas con los bazos en alto, vocifero un individuo con acento del este, tras derrumbar de una patada la puerta de entrada a la casa. Mientras, el otro, se dedicaba con encomiable interesen destrozar a patadas todo lo que encontraba a su paso.
- Estoy en la cocina, gritó Leonard.
Hasta allí se abrieron paso los dos hombres, dando patadas a todo lo que se les cruzaba en su camino.
- Al suelo, grito uno de ellos empujando a tierra a Leonard y obligándolo a levantar los brazos en alto.
- No se te ocurra moverte o te levanto la capa de los sesos cabrón, grito colérico uno de los asaltantes mientras le encañonaba con una pistola.
Leonard cerró los ojos esperando lo peor. Una espesa capa de aliento con sabor a vodka se aposentó en su nuca con descaro.
- Sabes muy bien lo que estamos buscando, susurró Igor al oído de su victima.
- Mira cabrón, esto puede acabar rápidamente si colaboras….
- O puede ser largo, largo y doloroso, apunto el otro individuo mientras lo inmovilizaba, sujetando con fuerza su mano al tiempo que sacaba de su bolsillo unas tijeras de podar.
- Vaya Leonard, dijo observando sus manos, creo que necesitas urgentemente que te hagan la manicura, dejame ver este dedo….
- No, no…suelta hijo de puta noooo, diossss….
Cesarón los angustiosos gritos con un certero y seco corte de tijera, tan solo silenciado por los jadeos de Leonard tras la mutilación de su dedo índice.
- Bonito anillo balbuceo el agresor mientras sacaba este del mutilado dedo y se disponía a cortar el siguiente.
- El azúcar, grito Leonard a un paso de perder el conocimiento.
- En el bote , sobre la mesa… jadeó Leonard con apagada voz.
Sin dejar de apuntar con el revolver, Igor estrelló en bote de azúcar contra el suelo, no tardó demasiado en encontrar una pequeña llave entre tan dulce manto.
- Buen chico, ¿para que alargar tan desagradable momento? susurró al odio de su victima, dispuesto a darle el tiro de gracia.
- Espera, espetó Leonard con incomprensible firmeza.
- Antes de hacerlo, permíteme una última voluntad, un último cigarro…
- Un par de caladas, nada más… no me dejes abandonar este jodido mundo sin saborear por última vez el sabor de la nicotina en mi garganta.
Igor sacó un pitillo de un paquete de tabaco que reposaba sobre le mesa de la cocina para apoyarlo sobre los labios de su retenido, mientras este intentaba taponar la hemorragia que le había provocado la mutilación de su dedo índice.
- A que mierda huele aquí, dijo Nicolai mientras buscaba un mechero con el que darle fuego.
- Elegí un mal día para dejar de fumar, apuntó Leonard.
- Ese puto olor… ¿a que diablos huele aquí? Insistió Igor mientras intentaba encender el mechero para darle fuego.
- A gas, apuntó Leonard con una sonrisa maliciosa.
- El tabaco mata, pronunció el condenado fumador al tiempo que se encendía la llama en el mechero y una tremenda explosión acabara con todo.

1 comentario:

Pablo dijo...

Como mola la foto!