CaMPiÑa ELecToRaL

Aborrezco las campañas electorales, aborrezco la forma en la que los partidos políticos mendigan su voto arrastrándose por la calle en pos de un escaño que les soluciones la vida y su futura jubilación, abordando de forma impostada a un electorado del que hace ya años están totalmente desligados, y al que como digo solo se acercan durante la susodicha campaña electoral. Ni siquiera me voy a tomar la molestia de comentar la campaña en la que estamos inmersos. Básicamente porque me aburre y sobretodo porque no he mostrado el más mínimo interés en seguir semejante circo. A pesar de ello no pude evitar el otro día desayunar con las palabra de nuestro lamentable presidente del gobierno en un mitin, en el que respondiendo a las palabras de el líder de los populares, soltó así con el talante del que suele hacer gala una frase que al escucharla casi provoca que se me atragantara un trozo de magdalena que estaba masticando.
“Miente como un bellaco el que diga que este gobierno ha hecho recortes sociales”
Y lo soltó así, sin caérsele la cara de vergüenza, sin el más mínimo titubeo o duda, con un tono muy teatral, muy de teatro clásico de Almagro. Solo le faltaba una capa y una espada y aquello podría haber sido un fragmento de “Fuenteovejuna”, de no ser porque la prosa populista del “presidente por accidente” no le llega a la suela de los zapatos a la de Lope de Vega.
Aun así, es inevitable durante estos días previos a las elecciones que toda esa información no te salpique. Ayer por ejemplo, me llevé a mi sobrina de 4 años al parque de Viveros. Coincidió que había una Fiesta organizada por varias organizaciones de apoyo a discapacitados. Disfrutamos entre las muchas actividades que allí se desarrollaban. Castillos hinchables, música en directo, juegos, regalos, etc.… Mientras esperaba con la pequeña a que Babalá y sus compis de aventuras llegaran para hacerse una foto con los nanos que allí estaban, apareció como en una nube, rodeada de todo su sequito, nuestra alcaldesa, The woman in red, que en esta ocasión iba enfundada, aunque seria mas oportuno decir, embutida en unos vaqueros que imagino sus asesores le habían recomendado para hacerla mas cercana en tan festivo acto. Parapetada por sus guardaespaldas que raudos iban a la caza de un niño discapacitado con el que la candidata se hiciese la foto de rigor.
Poco o nada le importa que ese mismo niño, no tenga un centro donde desarrollarse, donde se le pueda atender, lo importante era obtener esa instantánea. Una vez rodeado por su equipo de colaboradores, a la candidata le faltó tiempo para lanzarse como una loca sobre la silla de ruedas del pequeño en pos del codiciado voto.
La llegada de Babalá y sus amigos se demoraba en exceso por lo que le propuse a mi sobrina un cambio de planes.
- ¿Y no te da igual hacerte una foto con la señora de rojo en vez de con Babalá? ¿También sale mucho en la tele como el?
- Prefiero hacerme la foto con Babalá, me contesto con esa franqueza que un niño de 4 años conserva aun pura, al tiempo que miraba asustada a Mujer de rojo, que como en estado de trance se dedicaba a dar besos a todo el que se cruzaba por su camino.
- Yo también, le contesté mientras la candidata y su arrastrado sequito se perdían entre cientos de posibles y dubitativos votos.