viernes, 23 de marzo de 2012

La InveNcióN dE HuGO

Últimamente son muy pocas las películas que me motivan a meterme en una sala de cine, sin duda “La invención de Hugo” es una de ellas, y no me ha defraudado en absoluto. Cualquier películas dirigida por Scorsese merece ser visionada, y aunque en este caso una publicidad algo engañosa me estaba vendiendo una historia fantástica para niños y en 3D, lo cierto es que bastan unos pocos minutos de metraje para darse cuenta de que realmente, y como si de un truco de magia más de los tantos que hay en la película, este no es el caso. Una historia protagonizada por niños que no una película para niños, o quizás se podría decir una película para niños y para todos aquellos que nunca han querido dejar de serlo. Porque realmente las vicisitudes del joven Hugo por encontrar la llave que de vida a ese autómata, son lo de menos en esta historia con tintes dickensianos que esconde un maravilloso truco en su segunda parte. Ambientada prácticamente en su totalidad en la estación parisina de Montparnase en la que vive su protagonista atendiendo los relojes que allí funcionan, el film recrea una maravillosa época y unos personajes secundarios quizás algo desdibujados pero que sin duda aportan humanidad en una película en la que el tiempo esta continuamente presente. Una humanidad que imagino Scorsese utiliza para compensar una gran dosis de artificiosidad que con el uso de la tercera dimensión traspasa literalmente la pantalla para sumergirnos en los intrincados pasillos y laberintos mecánicos en los que vive el pequeño Hugo. Una sensación que gracias a la tecnología 3D y sobre todo a los conocimientos y buen hacer del director, consigue que el uso de esta no sirva única y exclusivamente como un reclamo comercial mas para pasar por taquilla.
Una cuidadísima puesta en escena, un encantador coro de personajes alrededor del joven protagonista cuya invención vuelve a abrir las puertas de los sueños, esa que los pioneros del cinematógrafo nos descubrieron a principios del pasado siglo. La aparición del personaje de George Mellies, fantásticamente interpretado por ese gran actor que es Ben Kingsley permite al director darnos una lección magistral sobre los orígenes del cine, tan breve como intensa y descubrirnos a un personaje histórico al que no se le ha hecho justicia. Poco importan ya las aventuras de Hugo y su amiga Isabelle por dar vida a aquel autómata, la verdaderamente maravilloso de esta película es esa decoración de amor que Scorsese realiza al séptimo arte. Confieso que disfrute muchísimo en los momentos en los que la película recrea los rodajes del cineasta pionero e inventor del genero fantástico, maravillosos y en momentos emocionantes escenas que forman ya parte de la historia del cine y como diría el propio Mellies, de nuestros sueños.
Una película en resumen que tiene bastante poco que ver con otras de Martin Scorsese pero en la que sin duda esta muy presente su autoría, su técnica, su sabiduría cinematografica y por encima de todo, su amor al cine.

1 comentario:

Alfred Llanda dijo...

Per una vegada i sense que serveixca de precedent estic totalment d'acord amb el Doctor Magenta!
Martin ha inventat un llenguatge nou basant-se en la tècnologia del 3D. En Hugo, llevat d'un parell de vegades aquesta tècnica emprada, sobre tot, per tal de causar esglais en el públic, se converteix en l'instrument que permeteix destacar d'una mena incomparable els plans típics del mestre Scorsese. Meravellosos e inefables els plans seqüència.
Martin ha emprat el 3D com a tècnica per a endinsar al públic dintre de Hugo. Fa que d'espectador te converteixes en participant passiu. No veus la història de Hugo. La vius com si fores el seu àngel de la guarda!!!!
Bravo Martin!!! Bravissimo!!!
PD. Mai no entendre el repartiment dels Oscars 2012. Hugo hi és, des del meu punt de vista, molt millor que The Artist. Bé, millor dit, sí que ho entenc una vegada més tot concurs hi està apanyat!!! Jajaja.