martes, 24 de agosto de 2010

PLaYeRa MaTiNNe

Después de mi experiencia con el Baño on the Rocks, al día siguiente decidí conocer la playa de san Carlos, la más urbana también conocida como “playa del pipi” por la serenidad de sus aguas, al menos espero que ese sea el motivo y no otro más escatológico. Lo cierto es que al estar cerrada por el delta del Ebro, aquello realmente mas que el mar es una especie de balsa acogedora, el la que tienes que perder la orilla de vista para que el agua empiece a cubrirte. Así y todo, el Dr.Magenta tuvo tiempo, como no, para accidentarse al salir del agua y pegar con el pie sobre una enorme roca a la que había sujeta una boya. Un ligero desvanecimiento me sobrevino cuando puse el pie en la arena y reparé en que de este me salía sangre entre los dedos. Acudí presto a la ducha para mojarme el pie, encontrándose esta llena de gente que no mostró demasiado interés, todo sea dicho, en el humerito que servidor estaba amontando en la cola de la ducha con el pie en alto y quejándome en alto. Creo que al final dejaron que me colará por no escucharme.
Pense por un momento en acudir al puesto de la cruz roja, o mejor que vinieran a buscarme con una camilla, pero desistí ante la visión de la escena.
Me quedé sentado en la toalla vigilando la ropa hasta que me acerque a la orilla con mi sobrina y nos pusimos o mejor me puse a hacer castillitos de arena ante la cara de estupor y porque no decirlo de vergüenza de mi sobrinita que en un ligero despiste mío, desapareció de mi horizonte. Tarde un tiempo en darme cuenta de su ausencia, sin darme cuenta allí haciendo castillitos de arena en la orilla, sin ningún tipo de pudor, entre en una especie de arrebato infantil del que desperté cuando me di cuenta de que estaba intentando quitarle una paleta a un niño de 5 años. Es que la mía era muy mala y cogia muy poca arena, la suya era una caña. Me dio mucha vergüenza porque el abuelo del niño se me quedó mirando con una impactante cara….
Me levanté rabioso del suelo, no sin antes hacer como que tropezaba con mi pie herido y cargarme el castillo del repelente niño de la estupenda paleta para hacer castillos.
Subí con mis sobrinas a un barquito de estos de pedales con tobogán incluido, digo subí porque fue lo único que hice, subí y bajé…. Bueno también empuje, porque si ya sin mi presencia en el patín les costaba arrancar, llevándome a mi de carga en el maletero, aquello estaba mas parao que los precios (Homenaje a Chiquito de la Calzada)
Para cuando volví a la orilla, el abuelo increpaba al niño repelente en que recogiera sus cubos y paletas ante mi presencia, cuanto rencor….
Herido y humillado llegue al apartamento para comer, no sin antes darme un baño en la piscina, allí no hay rocas….

2 comentarios:

belunática dijo...

Pero que reflojo nos ha salido este doctor magenta!!!! tú deberías pasar las vacaciones inmovilizado en la cama, ir al cuarto de baño es para ti todo un ejercicio de riesgo.
Pd: te faltó contar que el niño te arreó con la pala en la cabeza, no te avergüences de ello, la lucha por un castillo de arena es a veces muy cruenta, todos lo sabemos.

Dr.Magenta dijo...

El niño tenia el mismo gusto haciendo castillos de arena, que la duquesa de alba eligiendo su vestuario. Mi castillo era mucho mas minimalista, mas zen... el suyo era todo excesos, parecia puerto banús....