Decidí comenzar el fin de semana, visitando un mega chino, paraíso de las compras compulsivas. Me fascinan estos sitios, multitud de mercancías se acumulan en desvencijados estantes donde comparten espacios los pantys de señora, con las barras de pegamento y las agendas de bolsillo. En tardes como la del viernes, gusto de perderme por sus abarrotados pasillos y dejarme llevar por un espíritu compulsivo absurdo que me lleva a comprar las mercancías más absurdas.
Arrebatado, cual Eusebio Poncela en la mítica cinta de Ivan Zulueta, recorrí sus galerías ya inmersas de lleno en el más rancio espíritu navideño, en el cual no tuve mas remedio que caer victima de sus fosforescentes estampas, sus bipolares luminosos y eso particular universo chino-navideño que tanto me gusta.
Para cuando me quise dar cuenta ya había hecho acopio de varios rollos de papel de envolver de llamativos colores con el que dar rienda suelta a mis más bajos instintos para las tarjetas navideñas que este año quiero enviar y que generalmente empiezo a confeccionar dos días antes de navidad.
Entre tiras de espumillón, luminosos imposibles y muñequitos alegóricos con un más que presumible alto índice de toxicidad pase buena parte del tiempo en la tienda, hasta que recalé en mi pasillo favorito, el dedicado a la decoración. Lo confieso, me fascinan las figuritas de resina y especialmente las de carácter religioso. Y si encima llevan lucecitas, son la bomba. En realidad se podría decir que he establecido con todos estos elementos decorativos una especie de relación amor/odio, muy tremenda, casi enfermiza, casi tanto como la que tengo con las cajas. La sección dedicada al almacenaje es otra de mis favoritas, el problema viene cuando ves que empiezas a acumular cajas vacías en tu casa. Cajas que no sabes con que llenar, pero son tan bonitas….
Arrebatado, cual Eusebio Poncela en la mítica cinta de Ivan Zulueta, recorrí sus galerías ya inmersas de lleno en el más rancio espíritu navideño, en el cual no tuve mas remedio que caer victima de sus fosforescentes estampas, sus bipolares luminosos y eso particular universo chino-navideño que tanto me gusta.
Para cuando me quise dar cuenta ya había hecho acopio de varios rollos de papel de envolver de llamativos colores con el que dar rienda suelta a mis más bajos instintos para las tarjetas navideñas que este año quiero enviar y que generalmente empiezo a confeccionar dos días antes de navidad.
Entre tiras de espumillón, luminosos imposibles y muñequitos alegóricos con un más que presumible alto índice de toxicidad pase buena parte del tiempo en la tienda, hasta que recalé en mi pasillo favorito, el dedicado a la decoración. Lo confieso, me fascinan las figuritas de resina y especialmente las de carácter religioso. Y si encima llevan lucecitas, son la bomba. En realidad se podría decir que he establecido con todos estos elementos decorativos una especie de relación amor/odio, muy tremenda, casi enfermiza, casi tanto como la que tengo con las cajas. La sección dedicada al almacenaje es otra de mis favoritas, el problema viene cuando ves que empiezas a acumular cajas vacías en tu casa. Cajas que no sabes con que llenar, pero son tan bonitas….
4 comentarios:
que manera tan bonita de contar tu paso por las tiendas que tanto nos gusta...las de los chinos, por poco dinero uno mira, ve y compra alguna cosa inútil que te deja de lo más satisfecho...cuando llegas a casa te preguntas ¿qué he comprado?
mo
Pues yo le voy a dar un par de consejos referentes a las figuritas de resina y a las cajas que son tan bonitas pero que están vacías. Pues bien; va usted de nuevo a los chinos y en las figuritas religiosas se compra usted todo el santoral. Aluego cuando llegue a casa apila de forma ordenada todas las cajas vacías para formar la base del altar. Después coloque todas las figurituas de caracter religioso sobre ese altar hecho con cajas. Y ya está. De un lado ha satisfecho usted su lado consumista y de otro a utilizado las cajitas. Es mas; si le sobran algunas cajas más puede probar a hacer otro altarcito con ellas y ahí pone usted el belén.
ya sabes mo que soy un gran fans de los bazares de los chinos, es la gran oportunidad que la vida nos da a los pobres para saciar nuestros impulsos mas consumistas.
Benditos sean, los chinos digo
Pues la idea del altar ya la llevaba en la cabeza, no se si con cajas pero algo queria hacer. Una especia de altar en el que exponer todas mis deidades y fetiches varios, desde una foto de marilyn a la cinta que pase por la columna de la virgen del pilar, de la foto de almodovar con alaska en inmortal marco al cristo de medinaceli del que soy fans...
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