Abrió los ojos, parecían haber pasado horas y sin embargo apenas habían transcurrido 10 minutos. Una profunda sensación de frió recorrió su cuerpo desnudo. Unas gotas de sangre salpicaban la comisura de sus labios.
De forma ceremoniosa, se levantó de la cama y mientras se vestía puedo ver el cuerpo de el cubierto de sangre.
Después de recoge su larga cabellera con una horquilla, se acercó hasta el cuerpo sin vida de el y con firmeza extrajo de su vientre el afilado cuchillo de cocina que le había causado la muerte. Tras meterlo en una bolsa de plástico, lo guardo con cuidado dentro de una pequeña mochila que inmediatamente cargó a sus espaldas.
Cuando se disponía a salir, vio su imagen reflejada en el amplio espejo que presidía el dormitorio, abrió de nuevo la mochila y extrajo de el una pequeña barra de carmín con la que con suma delicadez repaso sus labios color magenta.
De nuevo se acercó hasta la cama y lentamente fue acercándose hasta el cuerpo de su efímero amante ya sin vida hasta dejar tatuado sus labios púrpura sobre su gélida frente.
Sonrió con lascivia al tiempo que susurrándole al oído le dijo:
- Ya te dije que no me gusta repetir.
2 comentarios:
joder !
Ya empezamos con los malos royos.
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