A la espera del ansiado ecuador agostil, que de comienzo a mi ansiada cuenta atrás veraniega, el domingo decidí dar una tregua a mi cartujano enclaustramiento y vivir un domingo festivo-familiar.
La jornada comenzó de tempranil forma, a las 8 de a mañana, en una rápida aunque siempre intensa visita al rastro. Este curioso mercadillo siempre me ha parecido un sitio fascinante, repleto de objetos la mayoría inservibles, expuestos de tosca manera en el mejor de los casos. Desparramados por el suelo la gran mayoría, lucen con proletaria vanidad el orgullo que acumulan a lo largo de sus longevas e inútiles vidas.
Cualquier objeto es susceptible de ser encontrado entre los puestos de este singular mercado. Desde antigüedades, muebles, libros de amarillentas paginas, aparatos electrónicos de dudosa procedencia y efectividad, a insalubres muñecas de plástico, amontonadas a modo de instalación artística postmoderna, pasando por fotografías anónimas desparramadas por el suelo, enmarcadas y remarcadas muchas veces, por marcos imposibles y añejos cristales.
Capitulo aparte merece ese continuo homenaje a la década de los 80. Inestables pilas de cintas VHS, algunas de ellas grabadas directamente de la televisión con indescriptibles contenidos y terroríficas carátulas se amontonan en el suelo. Y es que definitivamente el soporte magnético triunfa en el rastro. De igual forma los míticos cassetes ocupan un puesto importante en este particular ranking. La rumba y sobretodo la canción española, triunfan en l as pistas de este mercadillo.
También la pintura esta muy presente en algunos de los puestos. Sin duda lo mas positivo de la visita, después de ver los cuadros que se exponen en tan improvisada galería de arte, es descubrir que mis cuadros no son tan horribles como yo pensaba. Creo que debería retomar mi carrera y exponer en el rastro.
Cuando el calor comenzaba ya a hacer acto de presencia, abandonamos tan singular feria, de la mano de un reiterativo estribillo:
A leuro, a leuro…. Todo a leuro….
1 comentario:
A punto estuve de comprarme una foto de una señora vestida de clavariesa en blanco y negro, enmarcada con un fantastico marco cebra de los 60...
Publicar un comentario