Llevaba días rondando la idea de dar un cambio a mi imagen. Después de someter a una amable dependienta de mercadota a un interrogatorio de tercer grado, con flexo incluido y todo, me decanté por un tinte para mi maltrecho cabello, dispuesto a aniquilar, cual Atila con los Hunos, las canas de mi cuero cabelludo y barba.
No soy nada aficionado a leer las instrucciones de ningún producto por lo que de irresponsable manera me deje llevar por mi intuición y comencé a trapichear con el contenido del tinte a fin de aplicármelo en la cabeza. Dudaba entre comprármelo en una perfumería o en los chinos, como me recomendó mi amigo el Rancio, por lo que finalmente me decanté por el termino medio, es decir el Mercadona.
Una vez preparada la solución, comencé a aplicarme esta en la cabeza y barba mas preocupado porque el pollo que tenia al horno no se quemara que por el resultado satisfactorio de la misma. Cuando me vi reflejado en el espejo, comprobé horrorizado que el tinte no solo actuaba en el cabello, también lo hacia en la piel, por lo que servidor después de aplicar la loción de gratuitas maneras, acabó con la cara que parecía un primo lejano de la familia Jackson.
Tras los oportunos lavados y enjuagues también pude descubrir que el tono del tinte va oscureciendo conforme pasan las horas, con lo que cuando me fui a bajar a la calle pude constatar frente al espejo de mi recibidor que aquel antaño caballo castaño claro y medio canoso, lucia ahora con un negro azabache que para si quisiera una folclórica. Dudé en ponerme unas enormes gafas de sol que ocultaran mi rostro y distrajeran la atención de los restos de tinta que se exhibían orgullosos y que me hacían parecer un mapache, un mapache folclórico. Finalmente decidí no ponerme las gafas panorámicas que sin duda me hubieran dado un toque Pantoja nada procedente por otra parte y bajar a la calle. Afortunadamente ya había oscurecido.
No soy nada aficionado a leer las instrucciones de ningún producto por lo que de irresponsable manera me deje llevar por mi intuición y comencé a trapichear con el contenido del tinte a fin de aplicármelo en la cabeza. Dudaba entre comprármelo en una perfumería o en los chinos, como me recomendó mi amigo el Rancio, por lo que finalmente me decanté por el termino medio, es decir el Mercadona.
Una vez preparada la solución, comencé a aplicarme esta en la cabeza y barba mas preocupado porque el pollo que tenia al horno no se quemara que por el resultado satisfactorio de la misma. Cuando me vi reflejado en el espejo, comprobé horrorizado que el tinte no solo actuaba en el cabello, también lo hacia en la piel, por lo que servidor después de aplicar la loción de gratuitas maneras, acabó con la cara que parecía un primo lejano de la familia Jackson.
Tras los oportunos lavados y enjuagues también pude descubrir que el tono del tinte va oscureciendo conforme pasan las horas, con lo que cuando me fui a bajar a la calle pude constatar frente al espejo de mi recibidor que aquel antaño caballo castaño claro y medio canoso, lucia ahora con un negro azabache que para si quisiera una folclórica. Dudé en ponerme unas enormes gafas de sol que ocultaran mi rostro y distrajeran la atención de los restos de tinta que se exhibían orgullosos y que me hacían parecer un mapache, un mapache folclórico. Finalmente decidí no ponerme las gafas panorámicas que sin duda me hubieran dado un toque Pantoja nada procedente por otra parte y bajar a la calle. Afortunadamente ya había oscurecido.
4 comentarios:
Color...color...pues tendrías que haberlo tintado de magenta.
Tengo ganas de ver por la calle cantidad de colores en el pelo ¡el color es vida!
mo
---------CONSEJO MILAGROSO--------
Eso le pasa a usted por no hacer las cosas bien. El tinte es el tinte y un cubrecanas es un cubrecanas. Usted lo que tiene que hacer es primeramente decolorarse el pelo hasta que le quede totalmente blanco, y después aplica un tinte como Dios manda, con amoniaco. Elija usted el color RUBIO PLATINO y aplíqueselo. Ya verá, ya. Cuando vaya usted por la calle, notara como el cambio ha surtido efecto, todo el mundo irá fijándose en usted.
Magenta? pues ahora que lo dices...
aunque no se, ya bastante me costó salir a la calle con mi discreto tinte...Nunca mais
No dudo que si me tinto el pelo de rubio platino, notaré el cambio y que todo el mundo se fijará en mi... hombre esta es la mejor epoca, que me lo dijo la chica del mercadona que me lo vendio, y ademas ese look Burbujita Freixenet resulta muy veraniego...
De tdos modos gracias x el consejo Rancio, por cierto para cuando una seccion suya en este blog que lleve x nombre algo asi como:
Cosmetica Rancia
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