viernes, 11 de marzo de 2011

FaLLeRiL SuRReaLisMO

Un año más, las hordas falleras vuelven a tomar las calles, esas mismas calles, que bajo el amparo de las autoridades locales, convierten en suyas, sin el más mínimo respeto hacia el resto de los ciudadanos. En una época en la que los que nos gobiernan se preocupan de manera sospechosa por nuestro bienestar, de prohibiciones extremas, absurdas, incluso surrealistas en otros casos, resulta paradójico observar que en valencia y durante las fallas, todo vale. Me sorprende y sobretodo me cabrea enormemente descubrir que si bien un ciudadano le puede caer 90 euros de multa por tirar una colilla al suelo, en valencia durante marzo uno puede ir tirando petardos por la calle sin que nada ni nadie se inmute. En tiempos en reducciones de velocidad, de ahorro energético, de leyes antitabaco incoherentes e inoportunas, Valencia se convierte durante unos días (cada vez más) en un polvorín, en el que cualquiera puede ejercer de improvisado pirotécnico, cuando quiera y donde quiera. Somos muchos los que sufrimos cada año, la falta de respeto, el vandalismo y la mala educación de otros tantos, sin que las autoridades hagan algo al respecto. Las imágenes de la alcaldesa de la ciudad jactándose de la reducción de edad permitida para tirar petardos, no hacen más que confirmarme la poca consideración que nuestros ediles tienen hacia esos otros ciudadanos que nos sentimos desprotegidos ante tanta desfachatez y falta de congruencia.
No estoy en contra de las fallas, ni de los falleros, insisto en que es algo tan simple como tener un mínimo de respeto hacia los ciudadanos, todos los ciudadanos, los que viven la fiesta, y los que resignados no tenemos mas remedio que soportarla.
No entiendo esa necesidad que tienen las comisiones falleras por cortar las calles y llenarlas de vallas metálicas esponsorizadas por marcas de arroz, sin ningún tipo de criterio ni necesidad, solo por el afán de hacerlas suyas. Durante días (insisto, cada vez más) Valencia queda paralizada por las fiestas, que no la vida diaria, los comercios, las oficinas, el transporte publico, el acceso con automóvil. Todo vale para que nuestra alcaldesa haga gala de ese irritante populismo que la mantiene en el poder y que convierte a esa inmensa minoría que sufrimos sus consecuencias, en ciudadanos de segunda.
Desde el pasado martes, el acceso a mi calle esta bloqueado por una enorme carpa blanca de más que dudosa utilidad, bueno si, sirve de cómodo aparcamiento a los coches de los falleros. En breve, los niños y los no tan niños tomaran mi calle, convirtiendo la entrada a mi domicilio en una zona de fuegos, sin ningún tipo de permiso y sobretodo sin ningún tipo de respeto. En días de nuevo esas carpas se llenaran de gente dispuesta a no dejarnos descansar en toda la noche, la guerra ya ha empezado y el doctor magenta este año ha decidido exiliarse en beneficio de su salud física y mental.

4 comentarios:

juanjo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo amigo.Feliz exilio
ojala llueva mucho estas fallas

Pablo dijo...

Tenga fe y esperanza doctor. Algún día los petardos se prohibirán por imposición del sentido común y de la seguridad. Solo espero que vivamos lo suficiente para ver ese día...

Dr.Magenta dijo...

Dios te oiga Pablo, pero dudo, mientras nuestra particular Reina Amidala este en el poder y ella se dedique a jalearlos, estos desaparezcan...

Dr.Magenta dijo...

Por cierto acabo de descubrir que tengo ligirofia, tambien...
http://es.wikipedia.org/wiki/Ligirofobia