lunes, 1 de septiembre de 2008

Cronicas morunas 9 (el fin)

EL REGRESO

Aquella última mañana en Chaouen quería aprovecharla. Salimos pronto con Rafa a hacer unas compras. Pedro se compró su cocina de 3 fuegos y servidor unas babuchas. Nos despedimos apresuradamente antes de que el calor fuese más sofocante con la pena de no haber podido disfrutar más y sobre todo de que aspectos ajenos a la ciudad hubiesen influido negativamente en el disfrute de este viaje.
Aun nos quedaba el viaje de vuelta, la frontera, el ferry… solo de pensarlo nos entraba un vértigo tremendo por lo que decidimos no demorarlo más y a primera hora de la tarde nos lanzamos a la carretera camino a Ceuta.
En esta ocasión no hubo pérdida, en poco mas de hora y media llegábamos a Ceuta y a la temida frontera. Tuvimos suerte y no había demasiada gente con lo que la espera fue de escasa media hora. Me sorprendió lo tosco del control marroquí en el que se limitaron después de rellenar varios papelitos de colores, a pedirnos el pasaporte y pasaron palo por debajo del coche por si había alguien escondido.

Ya en la frontera española, los medios eran mas sotisficados aunque lo que mas me sorprendió fue el hecho de que el perro que olfateaba los vehículos en busca de droga no era un pastor alemán rollo Rex sino un cocker muy gracioso, bueno muy gracioso y me temo que un poco yonki porque imagino que para entrenarlo en estos menesteres aquella perrita era un poco “Yo Cristina F”.
Ya en el ferry de camino a Algeciras y después de traspasar media docena más de controles, tuve mi reencuentro con el consumo después de 3 días interminables de austeridad comercial. Durante los escasos 45 minutos del trayecto me reencontré con ese fantástico universo vaso de cartón y pizza y un poco mas y acabo comprándome una botella de colonia en el dutyfree, tenia mono de consumo.
Nos despedimos del extrecho, de la roca y de las abejas de Chaouen y emprendimos camino de regreso en una larga noche en la que hubo tiempo para las risas pero también para la autocrítica y la reflexión cerrando un viaje lleno de contradicciones pero que me alegro de haber hecho que no disfrutado. Otra vez será… o no, más bien no….

Una bonita instantanea de nuestro anfitrión despidiéndose.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya era hora que te mojases un poco con lo de Chaouen y lo de puta madre que fue nuestro anfitrión.

Anónimo dijo...

La verdad es que se parece mucho a nuestro anfitrion. aunque éste no tiene la cara de mala leche que tenía nuestro alfitrión: "Te pego una ostia"