viernes, 2 de septiembre de 2011

DeSCONeXiON



Mis urbanos pies sumergidos en las trasnochadas aguas de la piscina comunitaria.
En soledad, aprovechando la complicidad de la noche, siempre dispuesta a no defraudar.
Apagados ecos nocturnos, apenas son percibidos por un tímpano más acostumbrado al intermitente susurro catódico y a los sonidos que acompañan la insistente letanía del portátil.
Dejo mecer mis pies en tan acloradas aguas al tiempo que cierro los ojos con la esperanza de que el tiempo se detenga.

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