miércoles, 13 de enero de 2016

EL ApaGON


Y de repente, se fue la luz… era una de esas noches, escasa en todo caso, en las que resuelvo prepararme algo para cenar que requiera más elaboración que simplemente volcarlo en un plato. Decidido me lancé a la cocina y comencé a pelar un par de alcachofas para meterlas en el horno. En plena faena, y mientras cortaba con mi cuchillo mas afilado la pieza ya pelada, un moribundo sonido anticipó  un apagón que se extendía por todo mi barrio.
Con la torpeza característica de un ser básicamente urbanita, comencé a andar a tientas por el pasillo, iluminado por la tímida luz de un mechero, hasta el salón, donde inexplicablemente encontré fácilmente una linterna que tenia guardada.
Lo que parecía una simple avería, se alargó durante más de 90 minutos, acompañado de mi perro, sin luz, sin televisión, sin internet, con la banda sonora del silencio, solo roto por la alarma de algún coche en la calle.
Tras una primera y efímera percepción de angustia y de total aislamiento del mundo exterior. Comenzó a invadirme una, cada vez más, agradable sensación de sosiego, de tranquilidad. Y  sin querer, comencé a pensar, que son tan pocas las ocasiones que nos damos, que me doy para disfrutar del silencio, del puro regocijo en tu mundo interior, en tus sueños, frustraciones, ideas.  
Finalmente me dejé llevar por la tenue iluminación de dos velas, cerré los  ojos y comencé a pensar que nos hemos creado tantas dependencias hacia ciertos electrodomésticos, redes sociales, televisión, que desentendemos nuestro valor más importante, la inteligencia. Y pensé también que debería disfrutar más de momentos como este, sin depender de una red wiffi o de un mando a distancia, y pensando y pensando, de repente, volvió la luz y yo sin pensarlo me lance sobre el  mando de la televisión al tiempo que encendía el facebook.

8 comentarios:

Begoña dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Bastarían cinco minutos al día de recogimiento para mejorar aptitudes y corregir actitudes que cada día estamos más tontos... Yoco Oño

Dr.Magenta dijo...

Completamente de acuerdo contigo Yoco, no hacen falta 90 minutos, ni siquiera 30. Tan soloo unos minutos al dia de desconexion, de silencio, de oscuridad....

Anónimo dijo...

El Rancio:
A mi me pasó hace unos años una anécdota con este asunto del corte de suministro eléctrico. Recuerdo que de repente se fue la luz, yo encendí un par de velas y me dedique a ver la habitación con la iluminación de las velas.
Al momento empezé a oir llantos y gritos desde la casa del vecino. Yo pensé que algo malo les había ocurrido. Pasé y les llamé golpeando la puerta por si necesitaban ayuda pero no me abrieron.
Por lo que luego oí a través de las ventanas, parece ser que los niños y la madre entraron en un ataque de pánico al no tener luz en casa. Yo no me explicaba esa reacción pues era verdaderamente alarmante oir a los niños gritando asustados y a la madre también. ¿Sería por qué no podían jugar con los juegos del ordenador? ¿O sería por qué estaba haciendo la cena en una cocina electríca?. Recuerdo otra vez que los niños entraron en un estado de desesperación pues se fue la luz pero en esta ocasión era un día muy caluroso de verano y parece ser que los niños se asfixiaban de calor al no funcionar el aparato de aire acondicionado. La mamá adornaba con gritos el estado de asfixia de los niños.
En fin, si se entra en pánico por un corte en el suministro de la luz, no me imagino en que estado entrarían si tuvieran un problema realmente importante.
Esta es nuestra sociedad contemporánea.

martti dijo...

A la luz de las velas aromáticas de naranja y manzana (de Ikea)... menos mal que la criatura no las devoró

Dr.Magenta dijo...

lo de la criatura es por lucas, no?

Dr.Magenta dijo...

Lo de ponerse a llorar porque se vaya la luz me parece pelin exagerado, a mi la verdad es que el apagon me vino bine, oyes...

Dr.Magenta dijo...

por cierto tengo que comprar velas aromaticas....