lunes, 17 de mayo de 2010

Gracias por su visita

De cara al espejo, Miguel peinaba con delicadeza el ya ajado cabello de Clara, al tiempo que comentaba con entusiasmo los progresos de su pequeña en sus clases de danza. Hablaba deprisa, sin dejar de mirar el espejo, esperando alguna reacción a sus palabras en el rostro de la anciana.

Cuando terminó, sacó de su cartera una pequeña fotografía.
- ¿A que es guapa? le pregunto.
- Muy guapa, contestó Clara al tiempo que esbozaba una sonrisa.
Un liguero, aunque delatador brillo amaneció en los ojos de Miguel que conmovido intentó disimular mientras se ponía la chaqueta dispuesto a marcharse.
- Adiós mama, le dijo después de darle un largo beso en la frente.
Clara dibujó una preciosa sonrisa en su rostro que Miguel se apresuró a congelar en su retina.
Ya en la puerta, Miguel escuchó como un ligero balbuceo, surgía de la boca de la anciana. Rápidamente se acercó hasta ella y arrodillándose le preguntó:
- ¿Decías algo mama?
Clara, le cogío de la mano con la ternura con la que solo una madre puede hacerlo y mirándole a los ojos le dijo:
- Buenas tarde señor y Gracias por su visita.

2 comentarios:

Julia dijo...

Es una dura batalla que por desgracia se repite cada día. Buena entrada.
Saludos

Dr.Magenta dijo...

Surge de un juego que hicimos en el taller de escritura, teniamos que escribir cada uno una frase en un papel, luego la suerte hizo el resto.A mi me toco en suerte un papel en el que rezaba: Gracias por venir.