Una buena opción la de dedicar una tarde como la del domingo, triste donde las haya, al teatro. La apuesta era algo arriesgada pues teníamos apenas información sobre la obra que íbamos a ver, algo por otra parte muy habitual a la hora de ir al teatro. El resultado ha sido positivo y la mayoría de gente de los que hemos ido a ver el espectáculo hemos salidos satisfechos, sobre todo los fans de Los hermanos Marx entre los que me cuento. Un arma de doble filo pues los que amamos su cine somos también muy críticos con su imitacion. Y aunque está no alcanza en ocasiones los niveles deseados, sobre todo en los secundarios y en el personaje de Margaret Dummond, se nota que los actores lo interpretan desde una sana y sincera admiración hacia el famoso grupo. Cualquier admirador de los Marx puede asistir a una sucesión, a un homenaje a muchos de sus grandes gags, entre los que se cuenta el famoso del camarote y que por razones obvias necesita de la colaboración del público. El texto del espectáculo es lo de menos, una excusa para homenajear al famoso grupo incluso en los sencillos pero eficaces y bien resueltos números musicales que le dan más ritmo al humor absurdo de la obra. Quizás se echa de menos un mayor presupuesto que hubiera enriquecido notablemente tan merecido homenaje.
Una lastima que una obra tan recomendable apenas haya estado cinco días en cartel, atentos pues es fácil que actúen en algún pueblo cercano de nuestra comunidad.
Chico: Y también dos huevos duros Harpo (bocinazo)
Grouxo: En vez de dos,pon tres...
Harpo (bocinazo)
Grouxo: Uno de ellos muy muy cocido...
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