Es inminente el estallido de un conflicto belico en breve, apenas horas nos separan del comienzo de las fiestas josefinas y un escalofrio recorre mi cuerpo cada vez que pienso en ello. Y mira que uno tiene tiempo para ir haciendose a la idea cuando un mes antes le plantan una barraca a la salida del garage impidiendole su paso, pero nada, el susto te lo llevas igual.
Las hordas falleras ya se estan haciendo fuertes en sus barracones de lona blanca , estan dispuestos a entrar en combate y para ello lucen sus mejores prendas y disponen de peligroso armamento. Se atrincheran tras vallas publicitarias de marcas de arroz o cerveza mientras van plantando sus costosos totems al ritmo de "paquito el chocolatero".
Conforme sus suceden los acontecimientos cada vez es mayor el numero de civiles que inundan las calles mientras las hordas falleras desfilan ogullosas tras sus pendones por la ciudad.
Algunos, los mas afortunados, se escapan de la fiesta, de la ciudad,mientras los otros, la gran mayoria sufrimos impasibles esta apologia del caos que son las fallas.
No soporto la muchedumbre, ni las verbenas y sobre todo odio los petardos, odio cualquier ruido que no emita yo. Bajar a la calle esos dias es como atravesar un campo de minas antipersonas, pura adrenalina. Esto si que son deportes de riesgo y no lo de la tirolina esa.
Por no gustarme no me gusta ni el monumento fallero, tan costoso como insulso y ajeno a cualquier nueva tendencia artistica. Las fallas son pura tradicion estancada en una postal de "Recuerdo de Valencia" de los años 70.
No me gustaria terminar sin aportar un elemento positivo sobre las fallas...... los buñuelos.
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