Cruzando un largo puente.

Con lo que me costó currarme que la novela online tuviera su propio espacio en el blog, y ahora Regina Tollina, su autora ha desaparecido del mundanal ruido y poco o nada sabemos de ella…. Ya sabéis cosas de artistas.  Aunque si os tengo que ser sinceros, salvo un par de honrosas excepciones son pocos los seguidores del blog que hacen algún comentario en el mismo, lo que me esta llevando a un punto un poco de bacón y me planteo si realmente esto lo lee alguien.

Hoy empieza un largo puente que espero me tenga reservado tiempo para todo, incluso para la limpieza del hogar. Si bien es cierto que hay palabras, en este caso verbos como “planchar” que no tienen cabida en el diccionario de la Real Academia de la lengua de la República independiente de mi casa”. Hay otras que no me queda más remedios que admitir como animal de compañía, como es el caso de las palabras: fregona, escoba, tendedero…. Solo por citar unas pocas. Un largo puente que como decía da para mucho, para limpiar, salir, ir al teatro… disfrutar en todo caso al ritmo del “Saturday night fever”

Ayer por la tarde me acerque con un amigo hasta el carrefur mas cercano en lo que fue nuestro primer acercamiento al universo compras navideñas, Si, se que ya debería ir mirando regalos y no dejarlo como siempre todo para el final, pero es asin y me gusta.

Ayer me hice un regalo a mi mismo, bueno más que a mí, a mi casa. Me compré un aspirador o mejor se lo compré a mi conciencia porque ya hacia tiempo que lo necesitaba para lidiar con la perdida de cabello de mi gata chusa. Si bien es cierto que hubiera preferido gastarme ese dinero en cualquier cosas mucho menos practica y mucho mas divertida, aunque tengo que confesar que el diseño un poco cósmico, que no cómico del aparato, muy rollo Kubrik, me encanta…

Al hacer entrada en el hipermercado comenzó a sonar la alarma y servidor siguió andando hasta que una joven uniformada me requirió preguntándome de forma muy educada si tenia algún objeto metálico en los bolsillos a lo que yo asentí que si, que las llaves, el móvil, no se…. Volví a pasar y aquello seguía sonando, en unos segundos se presentó allí un seguridad que de exquisita forma me solicitó que lo acompañara.

Yo me despedí de mi acompañante con un “si no vuelvo en 5 minutos llama a mi abogado” y emprendí camino con el seguridad en un momento muy “Expreso de medianoche”. Al llegar a una habitación comenzó a pasarme una especia de placa de plástico por el cuerpo en busca de ese objeto metálico furtivo o de la sospecha de algún producto que hubiera ido a parar de los estantes de la tienda a mi bolsillo, cosa bastante improbable ya que no había llegado a entrar. Después de varios fallidos intentos ante la atenta mirada de varios compradores compulsivos que encontraban interesante el espectáculo, volví triste y cabizbajo a la entrada de la tienda donde me esperaba mi amigo. Tenia ya ensayada mi replica para cuando me llevasen preso:

”Soy ciudadano americano y tengo mis derechos” pero eso nunca llego a ocurrir. Para cuando quise darme cuenta ya estaba paseando por los pasillos del hipermercado al son de una mas que sospechosa selección de villancicos….. Pero eso ya es otra histeria,,,,