jueves, 5 de noviembre de 2009

Mi cruzada dental

La tarde de ayer miércoles tuve que visitar al dentista a primera hora, una cuenta más en mi particular y terapéutico rosario. La cuenta atrás en la sala de espera se me hizo eterna, cuando ya haba agotado todas las revistas del corazón atrasadas, comencé con las de carácter medico que más que de fácil lectura resultaban de efímera lectura.
Para cuando la enfermera me hizo pasar, ya andaba servidor enfrascado en un implante de senos. Una vez en la consulta y después de acomodar mí cuerpo a ese absurdo a la par que cruel potro de torturas que es sillón del dentista, cerré los ojos con la esperanza de que cuando los abriese todo hubiese pasado.
Para cando me quise dar cuenta tenia la boca abierta y el dentista me había metido un curioso aparato con el que hacerme unas radiografías. Tras una minuciosa inspección de mi dentadura el licenciado comenzó a señalarme las piezas que necesitaban de urgente reparación aunque sinceramente creo que hubiera sido mucho mas practico y rápido señalarme las que estaban bien. Durante la revisión señaló las piezas careadas que tuvo a bien fumigar con un heladísimo spray para que yo notase, notase el dolor apunto. Y yo me pregunto ¿era necesaria tan cruel y sádica practica?
Tras redactar sobre papel el temido presupuesto, llegó el momento más doloroso de la tarde, el que sigue a la palabra Total, el que consiguió que de una vez en toda esa larga tarde, se me cerrará la boca del susto.
La próxima semana tengo mi primera extracción y aunque intente convencer al dentista para que me hiciese todo el mismo día, no hubo forma, la agonía será lenta, semanal….
Para ponerle un punto agradable a la tarde, a ultima hora decidí lanzarme de nuevo a las compras, estas no compulsivas sino intempestivas y fuera de lugar. Consciente de mi situación económica y con el presupuesto del dentista en el bolsillo opté por lanzarme de lleno al universo Supermercados Vidal, tiendas multiprecio. Oportunisima a la par que escaso comercio de mi ciudad que combina los productos alimenticios con objetos útiles o inútiles de escaso valor económico. Soy fan del Vida, entré a comprar detergente y servilletas de papel y salí cargado con juguetes para mi sobrina Lola, es lo que tiene Vidal, es lo que tienen las compras intempestivas…..

7 comentarios:

Julia dijo...

Yo, después de mi última visita al dentista, decidí no volver, a no ser que se me cayerna los dientes a cachitos.
Después de felicitarme el estado de mi boca y las magníficas "piezas" que adornan mi sonrisa, lo cual me llenó de orgullo, pasó a recomendarme una limpieza.
El viejo truco, primero el algo y luego un derechazo directo.
Me limpió hasta las amígdalas, resurgieron huecos interdentales que yo no conocía. Después un mes con los dientes sensibles y la culpa al encender cada cigarrillo, mi decisión es todavía más firme: menos limpieza "a fondo" es mejor ¿soy una cochina?, tal vez.

Anónimo dijo...

Eso lo que tiene que hacer usted es como hice yo. Quíteselo todo y que le pongan una dentadura postiza. Y si es por el dinero, yo tengo un sobrino El Joselillo que en la mili hacia de dentista y aunque no tiene estudios tiene unas manos para sacar muelas que ya la quisieran para si los dentistas. Paquita la de los Para...

Anónimo dijo...

Mire el tio Antonio que en paz descanse. En su vida se lavó los dientes y cuando falto con 84 años no le faltaba ni una pieza.Nunca fue al dentista y nunca supo de la existencia de los colutorios, las sedas dentales, los cepillos interproximales y un largo sinfín de productos para tener una sonrisa Profidén. Lo mejor sería que cuando se nos cayesen los dientes de leche, nos pusieran una dentadura postiza de dientes blancos e inmaculados y así mira; el tiempo que nos ahorraríamos durante toda nuestra vida. Pues, ¿Alguna vez has pensado el tiempo que gastamos en toda la vida para el cuidado de los dientes? Si lo comprobásemos nos quedariamos sorprendidos. Eso sin contar los largos ratos pasados en las salas de espera de las clinicas dentales. VIVAN LAS BOCAS SUCIAS Y CON MAL ALIENTO.

Dr.Magenta dijo...

Julia tienes toda la razon, si acudes al dentista ten por seguroo que no vas a salir alli de rositas, com bien dices empiezan por la limpieza de boca y a partir de ahi suma y sigue....
Al fin y al cabo el sarro nos protege, nos insensibiliza, viva el sarro....

Anónimo dijo...

¿Los Jóvenes?

Mayte dijo...

Pues a mi después de la última visita que tendria que ser la penúltima todavía me esta esperando y como que me va a seguir esperando hasta el próximo dolor de muelas. Por cierto que el puente ha quedado muy mono como objeto decorativo que solo me lo pongo para las grandes ocasiones............es que me da un asco. Un saludo

Dr.Magenta dijo...

En primer lugar, saludos maite y encantado de tenerte de visita por este blog, ahora me paso a visitar el tuyo. En cuanto al dentista, aun no han empezado a trabajar mi dentadura y ya me estoy planteando tirar la toalla, anda que no me queda na.... yo tambien tengo que ponerme un puente, pero el mio quiero que me lo diseñe Calatrava en concordancia con mis visitas y paseos por las ciudad de las ciencias,,,,